De vuelta a las letras, quien acoge lo que soy, lo que siento y lo que quiero.
Hacía mucho tiempo que no tomaba este lienzo para escribir, mi cuaderno rayado del alma, ese diario que de niña jamás logré llenar porque era demasiado el distractor de los “dibujitos” impresos en el diseño de página.
Realmente a veces no necesitas tanto, mas que un lienzo en blanco, ni siquiera las rayas el cuaderno necesitas para plasmar esa libertad de ser de cada letra que va formando las palabras sin pensar, y entonces mágicamente empiezana aparecer líneas, luego párrafos, y seguido de eso toda una idea que emerge desde las entrañas.
Hoy no tengo claro que escribir, solo soy el instumento que se deja guíar en una extraña conexión con mi cerebro, mi corazóny mi cuerpo, los dedos fluyendo en el teclado como en una especie de complicidad y sincronía que a veces, ni yo misma entiendo. pero que sucede como una especie de magia.
Es como tocar un instrumento y seguir los acordes sin un un guión.
Algo de música de fondo, el soundtrack del día parece melancólico.
Cada detalle parece importante a la hora de conectar con aquello que te impulsa de una manera eléctrica. Es maravilloso.
A veces todo lo que necesitas es un lienzo en blanco.