El tiempo apremia
Tic, tac, tic, tac.
Si, ese tic tac del reloj marcando hacia adelante cada milésima de microsegundo como una especie de soneto, alineado y al compás del tiempo, todo parece transcurrir más rápido de lo normal. Cada que volteo a ver el reloj de pared me percato que cada hora transcurre como si fuesen segundos. ¡Por fin!: Llegó a la hora exacta!.
Noche
No preciso el camino, pero si el lugar, un lugar que desconozco pero que seguramente existe en mi mente. Creo que finalmente, el lugar ideal es aquel que esta conformado por fragmentos que en realidad existen; es así como tenemos la capacidad de crear o recrear espacios y entornos que nos agradan de alguna forma, para convertirse entonces en ese lugar en donde queremos estar.
Como todo sueño, hay sueños distintos, hay algunos otros que se difuminan o que se ven a través de una lente borrosa, como cuando te pruebas esos lentes de aumento que no necesitas.
Este sueño tiene imágenes difusas, pero con una percepción sensorial de gran espectro, los demás sentidos están abiertos en su máxima potencia.
Desde donde estoy se escucha la algarabía a los lejos, música, murmullos, gente, alegría… las personas en este lugar parecen estar tan feliz todo el tiempo, y yo lo observo, y lo aprecio, y me gusta, y entonces pierdo la dimensionalidad del tic tac. No se si es pasado, presente o futuro… o, quizá algún tiempo alterno en paralelo.
A la vez, en este espacio resulta tan difícil concentrarse y precisar atención a una sola cosa, si pudiese dibujar en mi mente todo lo que intento descifrar o describir, lo definiría como un gran collage de imágenes que se intercalan en mi mente.
Día
Son los aromas y sonidos que percibo, los que me hacen ver aquel el momento… el aroma a café, un café de aroma suave, no apto para aquellos que saben del buen café, pero lo suficientemente agradable para recibir la luz de un nuevo día y el fresco no tan fresco de la mañana.
Hay tantos que colores presentes que se funden en una gama armónica por doquier. Todo es tan extraordinariamente desordenado creando una belleza tan particular. Tantos elementos y cada elemento en desorden guarda en sí un orden perfecto.
Tic.. tac.. tic… tac… No quiero abrir los ojos.
Pero los abrí… y es por ese maldito tic tac enmarcado en el contexto de las manecillas de ese reloj imaginario que hace ruido al fondo.
Y entonces, éste sería tan solo un minúsculo preámbulo de un sueño que se esconde en mi mente como un gran laberinto. No hay inicio, no hay final, solo continuidad.
Pausa y silencio. Empiezan a salir las estrellas; ese velo nocturno aparece nuevamente… y el reloj y su tic tac nunca detuvieron su andar. Realmente, espero algún día, poder recordar a detalle los fragmentos perdidos de este todo tan incompleto.
Gracias amigo lector por estar y tomarte el tiempo de leer parte de mis memorias difusas, de mis memorias en blur… de mis memorias ambulantes.