Una puerta abierta a las letras.
De lo entreabierto, al asomo y a la apertura.
De manera extraoficial es que la puerta de bienvenida se abre a un espacio donde las letras tienen una cabida amplia y extensa; a lo largo, a lo ancho y con la oportunidad de explorar su profundidad en este espacio tridimensional. Hoy transcurre el año 2018, un 18 de febrero cuando comienzo escribiendo mi bienvenida a los lectores ambulantes que por arte de magia, casualidad o curiosidad se encuentren leyendo estas lineas.
Bienvenidos este proyecto tan anhelado y gestionado tan “ambulantemente”.
¡Oh, si! olvido mencionar, que al tiempo que escribo este tan anhelado Post 01, es que decido hacerlo tomando una preciada taza de capuccino dominical, al natural como costumbre en lo que fluyen los textos; no buscando la redacción perfecta, pero si redactando con toda la intención de escribir esta sencilla y breve apertura que dé arranque a la locomotora para continuar recorriendo cada vez más espacios, entrelineas, comas, pausas y puntos y se conjuguen con demás símbolos y palabras.
Letras ambulantes llega así de la nada una tarde del mes de diciembre del año pasado; y cuando digo de la “nada” es, porque juraría que literalmente así fue, aparentemente sin previo aviso. Sin embargo, creo (de creer) que de manera interna se venía ya gestando algún tiempo atrás en ese proceso de búsqueda y encuentro. La suma de estas dos palabras llegó a mi mente esa tarde y yo dije: SI. Arranquemos y dejemos que el curso natural del presente futuro nos guíe a través de este encuentro.
Se dice que a veces uno no es el que elige las cosas, sino que las cosas con que haces click son las que te encuentran a ti, porque sincronizan perfectamente en tiempos y espacios.
Así que, Bienvenido seas lector, amigo, o quizá… futuro colaborador.