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Post 13: Una noche con las estrellas (Guión)

Colaboración especial para Letras Ambulantes | Autor: Kathya García (México)

INTRO

El lugar donde se desarrolla el siguiente argumento es un foro en el que se dan cita varias personalidades. ¿Personalidades? No, perdón. Este escenario ha reunido a las mentes más brillantes de todos los tiempos.

Ahora, ¿Te podrías imaginar una conversación o un debate en el que llegasen a intervenir cada una de éstas mentes brillantes como Einstein, Los Curie, Da Vinci, Copérnico, entre grandes pensadores como Aristóteles, y hasta uno de los científicos contemporáneos más brillantes como Stephen Hawking?.

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Post 12: Cuento que te cuento un cuento

Posible título

Hay letras pequeñas que se convierten en grandes pensamientos (una especie de voz en off).

Esta es la historia
de una pequeña historia sin principio ni fin.

(Y de pronto sé, que mi cabeza puede dar para más…)

{ Preámbulo }

¡Arriba y abajo!

En medio de un lago se hospeda el reflejo de un cielo…
y es en la inmensidad de entre el agua y ese azul cielo que coexisten seres de naturaleza sólida, y otros tantos, un tanto… abstractos.

Intro

Y aquí aparece Rumbel, un pequeño gorrión azul que se acerca al lago en busca de agua dulce, ¡pues muere de sed!

(continuando ésta historia desde el momentus)

A la par se acerca una niña llamada Sofìa…

Ella, por su parte, trata de sortear aquel lago tan pequeño desde su propia perspectiva.
Y entonces, surge una peculiar conversación entre ambos…

Rumbel: —¡Hola!, Y tú, ¿Hacia dónde es que te diriges?

Sofìa, escucha una vocecita, tratando de descifrar de dónde es que proviene esa voz tan chiquitita.

Mira hacia abajo y sorprendida reacciona:

—¡Pero qué diablos! ¡Un gorrión!, y, ¿Azul? y… ¿Hablándome?! ¡Seguro es el efecto del antigripal!

Rumbel: —¡No! No es el antigripal –añade la pequeña ave.

Sofìa: —¡Diantres! ¿Acaso es que también puedes leer lo que pienso?

Rumbel suelta una risa espontánea y pausada.

—¡Ja ja ja ja! ¡Niña!, no te has dado cuenta que lo has pensado en voz alta.

Sofìa: — Oh, ¡Cierto! (sumando con gracia su risa a ese momento tan extraño).

Justo como en un inicio lo advertí: entre el lago y el cielo hay un enorme espacio donde cohabitan seres de toda naturaleza.

Sofìa, de naturaleza curiosa, pregunta al pequeño:

—Bueno, ¿Y qué tal las cosas desde allá abajo?

A lo que Rumbel responde:

—Digamos que… ¡Magnífico! Es decir, de aquí las cosas se magnifican tanto… puedo incluso tocar mi cielo azul aún estando aquí abajo. Yo suelo navegar en el viento; y a esas alturas, todo se ve tan pequeño. Generalmente suelo tocar tierra firme para descansar un poco, beber y partir de nuevo a donde me lleve el viento.

(Y ¿a donde va esta historia?, me pregunto yo…)

Rumbel: —Y tú, ¿que tal las cosas desde allá arriba?

Sofía: —¡Oh! pequeño gorrión. Desde aquí todo me parece tan normal. Puedo decirte que desde aquí el cielo se ve tan denso, infinito, sin principio ni final, y por sus dimensiones necesitaría una escalera de miles de kilómetros para poder alcanzarlo. Sin embargo, por ahora lo que roba mi atención es lo que tengo frente a mí, a nivel de calle. Si no me hubieses hablado, seguramente habría pisado el hermoso reflejo de tu cielo azul… Me alegra no haberlo hecho (afirma con una sonrisa).

Rumbel desvía su mirada hacia abajo, hace una pausa, y posteriornente gira su miradita en consecuencia hacia arriba… observando el mismo escenario azul. Arriba, el cielo parece no tener frontera; abajo, es sólo un fragmento de toda aquella inmensidad. Y entonces lleno de curiosidad, pregunta a Sofía… —Y… ¿Qué es lo que llama tu atención?

Sofía: —Pues verás, sucede de todo.

Rumbel: —¿Pero que es todo?

Sofía: —Bueno… quizá “todo” significa que, aunque me suelo topar con el mismo escenario todos los días de camino a la escuela, ¡nunca es igual! Cada día tiene algo diferente.

Hoy fue un día inusual por ejemplo, ¿no crees?

Rumbel: Frunciendo un poco el ceño y ladeando su pequeña cabecita afirmó. —Tienes razón… Pero, ¡¿qué más?!

Sofía: —Puedo decirte que ahora mismo, hay un montón de personajes pasando por la acera de enfrente; unos van más de prisa que otros. ¡Hey! Algunos se detienen con el paletero de la esquina y desde aquí puedo ver también al señor que vende agujetas, ¡tiene docenas!… Puedo decirte que todo el ruido y el colorido se sincronizan y entonces ¡Parece todo un festín cotidiano!

Rumbel: —Es lo que me gusta al llegar aquí. ¿Sabes? Me gusta poder apreciar de cerca lo que no puedo ver a detalle desde allá arriba.

Sofía: —Pues a mí me encantaría poder volar como tú… y ¡poder llegar a lugares infinitos!

La pequeña queda como en un estado divagante y pensante, imaginando cómo sería lo que acaba de pasar por su mente microsegundos anteriores, cuando el sonido de un claxon la trajo de vuelta…

sofía, personaje

Sofía: —Pequeño gorrión! He notado algo que he pasado por alto el preguntarte…

Rumbel: ¿Qué cosa es niña?

Sofía: — ¿Hay alguna razón en especial por la que tú seas un gorrión azul? Digo, es algo inusual el color de tu plumaje. Jamás había visto semejante particularidad y mucho menos en un gorrión.

Rumbel: —Bueno niña, pues… verás. Tengo algo que confesar.

Sofía: — ¿Qué cosa?, ¡¿Qué cosa gorrión?! -pregunta inquieta.

Rumbel: ¿Ves aquel azul allá arriba en el cielo?

Sofía: —¡Si! y… que hay con eso? Lo veo todos los días.

Rumbel: Debes saber niña, que entre la noche y el día, hay un momento en que cambia el color de la atmósfera, pasando del negro noche donde se asoman las estrellas a un claro azul cuando despunta el amanecer. ¿Te has preguntado alguna vez cómo es que sucede eso?

Sofía: —La verdad no. Yo solo lo contemplo al despertar… o al anochecer. Y… ¿Cómo es que cambia de color?

Rumbel: Allá arriba, hay un grupo de seres que existen desde tiempos memoriales que se dedican a pintar el alba diariamente; uno de esos días, alcancé volar tan alto, ¡tan alto! que logré sobrepasar la altura de las nubes llegando al límite del cielo antes del amanecer. Los seres anónimos estaban por concluir su faena diaria, cuando de pronto, accidentalmente cayó pintura sobre mí. Y desde entonces soy azul.

Sofía: —¡Wow! ¡que increíble! Es por ello entonces que eres tan peculiar gorrioncito!, es por ello, que yo jamás había visto un gorrión azul!

¿Sabes algo?

Rumbel: ¿Qué cosa niña?

Sofía: —Creo que tu destino es llevar un trozo de ese cielo tan inmenso hasta aquí abajo por doquier, donde sea que estaciones tu vuelo… y poder percibir de cerca esa sensación de grandeza aún siendo tan pequeños, ¡y sentirlo! Gorrioncito, creo que hoy has traído un cachito de cielo hasta mí.

Rumbel: Jamás lo había visto de esa forma. Entonces, ¡a volar niña! A volar!

Después de esta breve conversación, los dos sonrieron. El gorrión azul abrió de nuevo sus alas; el semáforo cambio a luz verde y Elisa por fin cruzo la calle para seguir su camino, no sin antes llevarse consigo esa sensación de haber volado hasta alcanzar el cielo a través de aquel pequeño gorrión azul.

Ninguno de los dos pregunto nunca por sus respectivos nombres.Rumbel, personaje

Ilustraciones: MoninaLab

Post 09: Diferencia de caracteres

El signo es esencial.

Y la expresión… sustancial.

El carácter es la fuerza sorda y constante de la voluntad. Herni Dominique Lacordaire.

Y entre el carácter y el carácter, la diferencia la hace tan solo el contexto simbólico.

Y vaya que ¡si! porque realmente son dos cosas distintas. Pero en este caso, me gustaría abrir un espacio para plantear un posible complemento entre uno y otro término, desde la perspectiva del contenido y la forma.

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Cover, Universo Paralelo

Post 08: La posibilidad. Los otros “ahoras” de los universos paralelos.

El alterno existe…

Y siempre está presente.

Infinidad de escenarios en una infinidad de universos paralelos. K.S. (Kat Bon)

Los Universos Paralelos.

¡Qué  tópico tan interesante! diría yo.

¿Cuál es el resultado de pensar en esta u otras posibilidades que nos acompañan durante el trayecto en nuestro camino?, presentes a lo ancho, y lo largo de la vida…

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Post 07: El hombre corazón de Hierro. Un hombre llamado Pedro Fierro.

Cuento corto

Hace algún tiempo no muy lejano…

En algún lugar de América, nació un varón al cual llamaron Pedro Fierro. Aunque en realidad a Pedro Fierro jamás le gusto su nombre.

Dicen, que con el pasar de los años uno se acostumbra a todo, incluso a lo que no nos gusta; así que con el pasar del tiempo, y sin siquiera imaginarlo aquellas cinco letras definirían en Pedro gran parte de su esencia.

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Post 06: A dos de tres caídas… sin límite de tiempo.

A través de la identidad, la leyenda y la cultura.

La máscara… un encuentro desde adentro. Caída #2

Retomar un tema como la máscara, me resulta en verdad fascinante, pues es tan rico y tan lleno de un todo que oscila entre lo místico y versátil, siendo difícil encontrar el arista precisa para comenzar a tejer esos hilos, podría retomar desde el origen en que la historia documenta la aparición de las primeras máscaras, siglos atrás… seguramente, terminaría tejiendo una enorme manta en punto de cruz.  Pero ese no es el enfoque a abordar en esta ocasión, sino la máscara como parte de nuestra cultura, como parte de nosotros mismos enlazada a algo mucho más profundo.

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Post 05: El tocadiscos del abuelo Ángel y su pintoresco repertorio.

Escenas que perduran en el recuerdo.

Al rescate de la memoria gráfica.

Se dice que una imagen vale más que mil palabras, y ¡es verdad!, pero… sólo a veces. Es casi un hecho que por tradición o quizá por alguna clase de enigma que nos caracteriza a la mayoría de los terrícolas es, que aquellas memorias que conservamos resultan estar retratadas en la colección de los álbumes familiares y que casi siempre, si no me equivoco se encuentran perfectamente acomodados en algún rincón del librero a los que en momentos de nostalgia o anhelo recurrimos a ellos.

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Post 04: Soñé que soñaba. Preliminar de fragmentos volátiles.

El tiempo apremia

Tic, tac, tic, tac.

Si, ese tic tac del reloj marcando hacia adelante cada milésima de microsegundo como una especie de soneto, alineado y al compás del tiempo, todo parece transcurrir más rápido de lo normal. Cada que volteo a ver el reloj de pared me percato que cada hora transcurre como si fuesen segundos. ¡Por fin!: Llegó a la hora exacta!.

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