Anécdota.
La mosca de la fruta.
Hoy por la mañana, en uno de éstos lápsus en los que medianamente uno ya estás despierto, no sé porque llego a mi mente ésta anécdota que pasé alguna vez con la Mosca del Olivo, como le llaman algunos.
Con la mente no tan en blanco, recordaba aquellos días…
— Jaja, (me reí sola ) recordando un tal experimento para la clase de Bioquímica.
Corría un año tal, por alla de 1997 quizá, cuando cursaba, recuerdo perfecto, recién el primer semestre de ingeniería Bioquímica.
No recuerdo el nombre de la maestra, solo recuerdo su cara y complexión. —Ya lo recordé, Patricia era su nombre.
La maestra Paty le decíamos, era una mujer bajita, de cara redonda y tez brillante, su voz era tan finita que recién se escuchaba en clase, por lo que había que prestar muchísima atención… (cosa que definitivamente no hice).
Total, si no me equivoco, estábamos en víspera de un jueves me parece, pues los viernes por decreto estudiantil era un día inhábil, y entonces como tarea para lunes la maestra nos encargó hacer un tal experimento con fruta, el cual consistía en analizar el proceso de descomposición y eh aquí lo más interesantee:
Teníamos que generar todas las condiciones para que apareciera esta tal Mosca Drosophila.
Estoy segura que muy probablemente yo sólo escuché la palabra Mosca.
No sé si fue que apremiaba la salidad de la escuela, pero no indagué más sobre el asunto.
Por aquel entonces no había otros medios para comunicarse después de clase, más que obviamente el teléfono de casa, que comparado con éstos días, realmente tenías que imaginar cualquier conversación.
Y así llego el bendito viernes, y el sábado.
Cronología de los hechos.
Según recordaba tenía que dar tiempo a que la fruta comenzara su proceso de descomposición.
Ya era sábado, quizá alrededor de medio día… contaba con menos tiempo.
En ese momento me dí a la tarea de realizar la tarea rápidamente y empezar el experimento. Aparté un par de frutas que metí en un frasco (obviamente el proceso tardaría).
— Debí de haberlo empezado el mismo Jueves (pensaba)…
Aunque, por otro lado según decían, esto era rápido, además estabamos en tiempo de calor, todo tiende a descomponerse mucho más rápido, por lo que asumí que para en la tarde estaría todo esto invadido de mosquitas.
Paréntesis.
Error no.1 : nunca asumas nada!
Efectivamente, llegó el día siguiente y… nada.
Se suponía que el mismo Lunes yo debería llevar ya todo ese frasco lleno de moscas, y a éste no se le paraba ni una mosca!
En verdad, esto sí que empezaba ya a preocuparme.
Pero antes, rebobinando un poco los hechos:
Saturday Night
Ok. Erá sábado por la noche, y en lugar de pensar en divertirme, solo podía pensar en moscas.
Por mi cabeza sólo podía pensar en esto:
— A qué hora aparecerá la mentada mosca.
Así que en ese momento ya estaba pasando por mi mente idear algún plan B.
PLAN B:
Debo decir que el magnífico PLAN B consistía en dar cacería a alguna mosca que apareciera por ahí, en la zona.
— Bendita ignorancia!
(No pensé que este posteo llegara a tanto, al momento van 540 palabras)
Total, Dormi tranquila, pensando que tendría un Plan B al día siguiente.
DOMINGO
Domingo. Día de ejecutar el Plan Maestro: A cazar moscas!
Empiezo seriamente a reír de esto como 20 años después… Literalmente.
Escenario:
Las moscas no abundaban como para una cacería, en serio.
La fruta tampoco se veía ni medio descompuesta.
— Aggg! Por Dios! ¿Que voy a hacer? Mañana tengo que entregar esto!
Apenas comenzaba y este plan ya parecía algo churrigueresco.
Finalmente… ¡Una mosca!
Ahora, solamente faltaba atrapar una más para asegurar la desendencia cuyo hogar sería El Paraíso de las Frutas Podridas.
(Aunque, así podridas podridas no estaban)
Pero bueno, finalmente el escenario estaba completo.
Domingo por la noche.
Mismo escenario; Fruta en el frasco con dos moscas caseras.
Lunes
Tengo la certeza que domingo por la noche dormí con la esperanza de que el Lunes por la mañana apareciera algo más que dos moscas.
Sin embargo… No pasó.
Rumbo a la escuela, pensaba… cómo justificaré el hecho de que mis moscas no se reprodujeron.
Se supone que debería yo llevar a clase todo un “mosquerío” pero okay! Al momento, algo se me ocurrirá!
Escenario: Salón de clase.
Ese Lunes, llegue a clase de Bioquímica como siempre. Dentro de mi mochila llevaba aquel experimento, o mejor dicho el fracaso de mi experimento.
La maestra aún no llegaba, era temprano, quizá unos 10 minutos antes de la hora de clase, y como de costumbre compañeros llegaban antes, sobre todo los foráneos, por lo que comenzamos a intercambiar experiencias.
Justo en ese momento…
— Oh por Dios! Que Ignorancia! Mi ignorancia!
En ese momento me di cuenta que había hecho todo mal!
En ese momento conocí a La mosca Drosophila.
— Plop!
Nota: Desde luego nunca saqué mi fallido experimento.
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Esta pequeña mosca es capaz de oler a kilometros de distancia el vinagre generado por la fruta en descomposición. Tambien este pequeño especimen ha sido objeto de estudio para analizar los procesos de evolución del ciclo de vida, es capaza de producir hasta 500 huevecillos en su corta vida de un mes. Sin embargo es también una gran transmisora de enfermedades para el humano.
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P.D. Nunca me imaginé que como 20 años después, un día por la mañana me inspiraría escribir sobre ello. y tampoco imaginé que este relato escrito llegara a ser como un recipiente que albergaría 900 palabras.