La luz no alumbraba, los cielos se achicaron.
Las aguas no borboteaban, y los mares se secaron.
El sol y la luna se aclararon, las estrellas se inclinaron.
La lluvia se volvió rocío, los vientos no soplaron.
Fuego no abrasaba, el calor se vio enfriado.
Los rocíos se escarcharon, el hielo se vio enfriado.
Las noches se alumbraron y los días se oscurecieron.
Los rayos no tronaron, las nubes no menguaron.
Los montes se achicaron, los collados se elevaron.
Las plantas se secaron, los mares no olearon.
Los ríos no corrieron, las fuentes no brotaron.
Las bestias no cazaron, los ganados no pastaron.
Toda la tierra callaba, porque un lirio florecía.