¿Qué es en esencia el amor?
Acaso el amor es, un sentimiento, un estado, una actitud… una decisión?
Descúbrelo a través de las siguientes líneas escritas por Luis Escobar, autor y colaborador de esta tanto magnifica como reflexiva historia acerca de L’amour, que en momentos te parecerá estar leyendo acerca de los Scrooge de hoy en día.
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Pensaba en un empresario joven y exitoso que vivía con lo mínimo, no por humildad, sino por miedo. Temía perder lo más preciado que tenía: su dinero. Los años pasaban y seguía guardando cada centavo y a penas gastaba en comidas cada vez más pobres que no le gustaban, porque temía perder cada vez más.
Llegó a la famosa “edad de casarse” con una novia (algo harta de su tacañería). Rápido rompieron porque – ¿para qué mentirnos? – matrimonio, hijos, educación, comida… todo representa dinero… solo la misma boda se traducía en un metálico que no estaba dispuesto a gastar. Pensó que hacía lo correcto, que era lo mejor para su futuro: su adorada y esperada vejez en que gastaría todo su dinero en lujos, caprichos y en morir tranquilamente.
Así pasaron los años sin penas ni glorias. Cada vez se le acercaban más de los nuevos empresarios jóvenes, activistas por el medio ambiente o los derechos y organizaciones sin fines de lucro: todos con el objetivo de hacerle soltar un poco de su fortuna para ayudar al prójimo o despegar algún proyecto innovador. De más está decir que todos se llevaron una negativa (y más de alguno un portazo).
Él era feliz, ¿por qué criticarlo? Guardaba lo que él había ganado para sí y nadie tenía derecho a despegarlo de sus manos (o sus cuentas de banco, para hablar con propiedad). Hasta sus intereses eran reinvertidos para generar más dinero, dinero que jamás aseguró.
I Heart You
Sucedió la noche antes de navidad: su corazón dejó de latir. Tal vez fue la cada vez peor alimentación, o sus constantes rabietas con sus empleados haraganes o poco creativos que le hacían perder dinero. No sabemos en realidad qué fue la fuerza que logró lo que nadie había logrado: separarlo de su dichoso dinero.
Ahora me preguntas cómo se llamaba él. Pues escribe tu nombre aquí. Piensas que comprometerte es perder tu libertad, cuando, al contrario, es al fin gozar de ella. No lo olvides jamás: el amor es el acto propio de la voluntad.