Dormir.
Desde niños nos inculcan muchos pensamientos, acerca de la vida, la pareja, el entorno, la sociedad, el que dirán y las buenas costumbres.
Tenemos poca información de temas importantes, como el sexo y lo que significa crecer. Se omiten las largas explicaciones y casi siempre son reemplazados por Silencios que hacen más daño que la simple verdad.
Existe un tema que la mayoría realmente anhelamos, el amor verdadero, pero ¿Qué es? ¿Dónde se encuentra?
Las apuestas crecen cuando pensamos estar enamorados, se piensa en la felicidad eterna, en esos pensamientos que nos inculcaron de niños, visualizamos al compañero de vida como la materialización de los dulces sueños.
Sin embargo, tomamos decisiones precipitadas, dejándonos llevar por la soledad, eligiendo a la persona equivocada.
Despertar de los sueños es duro, difícil, es un paso que nadie quiere dar, pero que se vuelve necesario para crecer. Dejar a un lado el que dirán, la familia, los amigos, la gente.
Hace falta detener todo, poner orden y darse el valor de decir ya no quiero más de esto.
¿Porqué cuesta tanto detenerse?
Siento que es por la comodidad de ya estar instalados, con cosas a media marcha, que nos retienen al “sueño” de ser felices para siempre. Pero no es un despertar necesario cuando tu pareja ya no le interesa saber ¿Cómo te fue en el día? ¿Si comiste? ¿Si aún sientes satisfacción de estar? Reconocer que las cosas no están funcionando como pareja cuando ya no se comparten las tareas de casa, cuando hacer algo causa flojera o molestia de pedirlo.
Actualmente, se ha perdido el valor que tiene el cuidado de la pareja, los detalles y vivimos una etapa en la que se cree que lo merecemos todo, con sólo pedirlo y sin dar nada a cambio.
Eso está mal, es mejor simplemente parar y dejar de fingir, vivir sin engaños ni mentiras a nosotros mismos, por amor propio, por dignidad, por respeto.
Despertar…
Autor: Carlos Cervantes